agosto 19, 2013

SPRING BREAKERS de Harmony Korine




ESCANDALIZANDO A LA ABUELA

Aparenta ser, desde su poster, una típica película para adolescentes sobre un grupo de chicas que se van de vacaciones y tienen toda clase de aventuras. Pero su guionista y director, Harmony Korine, proviene del cine independiente norteamericano y es conocido por ser el autor del guion del controversial film Kids: golpe a golpe de 1995, lo que hacía esperar una vuelta de tuerca incisiva y profunda sobre el género adolescentes de fiesta. Contando entre sus protagonistas a Vanessa Hudgens y Selena Gomez, dos símbolos de la factoría Disney ideales para ser corrompidos en un film transgresor, nos cuenta la historia de cuatro chicas que se van de vacaciones en primavera (las vacaciones de invierno norteamericanas), hartas del colegio. El problema es que no logran juntar el dinero suficiente, por lo que dos de ellas deciden asaltar un local de comidas. Esto resulta un poco inverosímil, porque si bien no conocemos los orígenes de los personajes, podemos inferir por cómo se visten y el colegio en el que estudian, que son las típicas chicas americanas de clase media. 



La primera señal de que algo anda mal con Spring Breakers aparece a los pocos minutos, cuando escuchamos a una de las protagonistas hablar con su abuela contándole: “en este viaje nos encontramos a nosotras mismas, es la experiencia mas espiritual que tuvimos, todos son muy dulces, este viaje nos cambió”. Esto no es un resumen, el monologo es realmente así, una sucesión de lugares comunes. El problema es en ningún momento la imagen nos trasmite esa experiencia espiritual y hallazgo personal que viven las chicas. Es unicamente explicado por una voz en off mientras vemos una fiesta forzadamente descontrolada en la playa, con imágenes muy publicitarias, estereotipadas, efectistas.

Las chicas pasan de fiesta en fiesta hasta que se involucran con un narcotraficante (James Franco), quien se obsesiona inexplicablemente con ellas que, claro, se quedan con él porque tiene dolares y drogas (y porque, la película parece decirnos, esa es una actitud contracultural). 



El film apunta a retratar a una generación sin valores, nihilista y materialista,  pero para lograr eso no alcanza con mostrarnos a Vanessa Hudgens oliendo orgásmicamente un fajo de dólares, o que Selena Gomez nos diga que la vida en casa es aburrida. Se queda corto, incapaz de retratar un contexto o captar el espíritu de una época. Korine solo parece preocupado en ser provocativo a través de algunas imágenes, como la de las cuatro protagonistas compareciendo ante un juez en bikini (¡a estas chicas no les importa nada!) o dándose besos lésbicos o aspirando líneas de cocaína. Pero sin lograr construir personajes auténticos ni conseguir alguna observación aguda sobre esta generación. 



Si tomáramos todos los prejuicios que una señora mayor (y particularmente conservadora) tiene sobre los jóvenes de hoy y los lleváramos a la pantalla, el resultado no sería muy distinto al de este film, un retrato deshumanizado. Además, es curioso que aquí hay mucho jugueteo sexual, mucha insinuacion, pero nunca se va a los bifes. Esa histeria en cierta forma define a la película, que se queda siempre en los preliminares, en el franeleo. Temerosa, o incapaz, de ir mas lejos.

La provocación de Spring Breakers pertenece a la era de MTV, es superficial, vacía y artificiosa como un largo video clip de Hip Hop. Y solo escandaliza a nuestras abuelas.

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