octubre 18, 2013

¡HAY UN ZOMBI EN TU PATIO!

 
Mi Novio es un Zombie (2013)

El género del terror suele ser menospreciado y considerado como algo sin valor real por muchos espectadores y críticos. Y si tomamos al grupo de personas que acepta que el terror puede llegar a ser un género interesante y le hablamos de “cine de zombis”, inmediatamente recibiremos de muchos de ellos ese gesto que combina una sonrisa descreída con una mirada juzgadora que parece decir que deberíamos madurar de una buena vez. Este subgénero lleva ya más de cuarenta años de vida y, para beneplácito de los aficionados, ha experimentado un resurgimiento en la década pasada.

La base canónica del genero es sin duda La Noche de Los Muertos Vivos (Night of the living dead), opera prima del año 1968 del director George A. Romero. Inspirándose en la novela Soy Leyenda de Richard Matheson, Romero creó una historia donde los muertos vuelven a la vida por razones que nunca se explican y atacan a los vivos, con el terrorífico detalle de que basta con una sola mordida de un muerto vivo para que, luego de algunos minutos, uno mismo se convierta en un zombi. El film se centra en un grupo de personas que intenta sobrevivir a la epidemia a medida que descubren, a través de informes radiales, que es mucho mas grande de lo que pensaban.

El bajo presupuesto disponible para la realización de la película obligó a Romero a trabajar con película de 35mm en blanco y negro lo que, quizá accidentalmente, terminó dándole al film un aspecto documental y generando en el espectador la pavorosa impresión de que las cosas están sucediendo aquí y ahora, algo que era completamente nuevo en los films de terror hasta ese momento. Con el paso de los años el director continuaría la saga con varias secuelas, por ejemplo El Amanecer de los Muertos (1978)

La Noche de los Muertos Vivos (1968)


¿Qué es lo fascinante de las historias de zombis?

El escritor Stephen King sostiene que los argumentos apocalípticos le presentan al espectador la posibilidad de ponerse en el rol del protagonista y preguntarse ¿qué haría yo?. Más aun en un contexto donde el sistema se derrumba, todas las obligaciones rutinarias desaparecen y uno ya no tiene que preocuparse por sacar la basura. Por otro lado, el cine de zombis también explota algunos de nuestros miedos viscerales: en primer lugar está  de la deshumanización, la desconexión de todos aquellos elementos que nos convierten en seres humanos, la idea de una soledad desasosegante en la cual estamos rodeados de personas que continúan moviéndose como si estuviesen vivas, pero sin ese elemento clave que nos hace humanos.

También en los films de zombis se hace evidente una realidad terrible, ante el pánico de la epidemia uno de los mayores peligros son los otros sobrevivientes, sus reacciones que pueden resultar irracionales y homicidas en este nuevo e inesperado contexto. Cuando el orden de la civilización desaparece, las personas muestran sus verdaderos colores. 


El Amanecer de los Muertos (2004)

La gran ensayista Susan Sontag se refirió a la posibilidad única que tiene el cine sobre las otras artes para encontrar cierta belleza artística en la destrucción, uno de los elementos más interesantes de este tipo de películas es poder ver como la vida mundana y apacible del protagonista se deteriora rápidamente ante sus propios ojos y es testigo del inexorable derrumbe de la civilización.

Los films de muertos vivos crean un terreno fértil para muchos conflictos dramáticos, estas son algunas situaciones arquetípicas (que son mejor o peor explotadas según el director y guionistas involucrados en el film):
 

Matar a tu ser querido: uno de los momentos más terribles se presenta cuando debemos enfrentar la cruel realidad de que mamá es ahora un zombi. Y viene por nosotros.

Matarlos antes que se conviertan: un amigo o un pariente ha sido mordido y en pocos minutos se convertirá en un peligroso enemigo, la lógica indica que es mejor terminar con él ahora, pero…

La delgada línea roja: el caos del cataclismo zombi puede hacerle perder la cabeza a cualquiera, y no es raro que tengamos que enfrentarnos a nuestro propio amigo cuando enloquece y se convierte en una grave amenaza.


Trabajar en equipo: mantenerse unidos, colaborar y ser solidarios. Aferrarnos a los últimos vestigios de humanidad. Necesitamos a las personas.

Zombieland

 Zombi mata timidez: y sí, el apocalipsis sirve como excusa para vencer nuestros miedos y besar a la chica más hermosa (ayuda mucho si unos minutos antes le salvamos la vida heroicamente).




The Walking Dead



La serie producida nada menos que por Frank Darabont (director de films como “Sueño de libertad”  y “Milagros inesperados”) y basada en el comic creado por Robert Kirkman termina de legitimar al género dándole finalmente una proyección mainstream, esta es una serie que puede ser disfrutada por todos aquellos que nunca se interesaron por ver un film de zombis. El eje de la historia es la idea de cómo mantener un núcleo familiar y un sentido de comunidad a pesar de la destrucción, cómo encontrar una razón para seguir viviendo y luchando ante una situación que no para de empeorar.

El formato de la serie tiene una ventaja sobre el cine, y es que permite un desarrollo más detallado de personajes, una creación de arcos dramáticos mas extensos y la posibilidad de generar numerosas sub tramas con personajes secundarios que muchas veces se convierten en lo más interesante de la historia. Además, la serie nos permite convivir con los personajes capítulo a capítulo, con la cotidianeidad del día a día del apocalipsis, algo que resulta realmente fascinante.

 


TOP 10 FILMS DE ZOMBIES
LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES (Night of the living dead) (1968)
 

de Gerorge A. Romero

Cuando Barbara y su hermano van a visitar la tumba de su padre encuentran algo inesperado. La película fundacional del genero.








EL AMANECER DE LOS MUERTOS (Dawn of the dead) (1978)
de Gerorge A. Romero


La epidemia ya está instalada y un grupo de sobrevivientes se refugia en un shopping.

 









ZOMBIE (Zombi 2) (1979)

de Lucio Fulci

En una isla tropical los muertos empiezan a atacar a los vivos. Un medico intenta encontrar la cura. Terror italiano del mas sangriento.

 











EL REGRESO DE LOS MUERTOS VIVOS (Return of the living dead) (1985)

de Dan O'Bannon

Terror y humor negro. Superclásico ochentoso que acuñó el grito de guerra de los zombis: "¡CEREBRO!"

 










EXTERMINIO (28 days later) (2002)

de Danny Boyle

El director de Trainspotting nos muestra una Londres desierta, unos militares que enloquecen y... ¡zombis que corren!.

 










EL AMANECER DE LOS MUERTOS (Dawn of the dead) (2004)

de Zack Snyder

Técnicamente una remake de la de 1978 pero con identidad propia. El director Snyder demuestra en su opera prima gran talento para el pulso y la tensión. Con probablemente la mejor secuencia inicial del genero.

 








MUERTOS DE RISA (Shaun of the dead) (2004)

de Edgar Wright

Fantástica comedia británica que presentó a la dupla Simon Pegg/Nick Frost al mundo.
 

 




FIDO (2006)

de Andrew Currie

¿Alguna vez soñaste tener a un zombi como mascota?. ¿Cómo que no?.

 











REC (2007)

de Jaume Balaguero y Paco Plaza

Un edificio de Barcelona es puesto en cuarentena cuando una extraña epidemia aparece. Uno de los mejores films de terror de la ultima década. Y el recurso del found footage (video casero) está explotado a la perfección.

 







TIERRA DE ZOMBIES (Zombieland) (2009)

de Ruben Fleischer

Divertidísima comedia de aventuras que satiriza el genero sin perder drama y emocion. Tiene a Woody Harrelson en un papel hecho a su medida y una aparición increíble de Bill Murray.

octubre 14, 2013

WAKOLDA de Lucia Puenzo





En una escena de Wakolda Eva (Natalia Oreiro), embarazada de siete meses, está siendo examinada por Otto (Àlex Brendemühl) un médico que nosotros ya identificamos desde el principio de la película como un nazi escondido en el sur argentino a comienzos del año 1960 (la información de que se trata de Josef Mengele, uno de los peores monstruos de la historia de la humanidad, no la recibimos hasta el final). “¿Son dos, no?” pregunta ella. El doctor posa su oído sobre un costado de la panza y se oye el latido de un corazón, luego repite la acción con el otro costado y se oye otro latido. Enseguida la voz en off de Lilith (Florencia Bado) la protagonista, dice “Ese día se confirmó que eran dos”. Esta escena es un ejemplo del principal defecto  que tiene Wakolda, en la que todo es explicado con palabras y de manera expositiva (y muchas veces redundante), sin confiar en la potencia de las imágenes como elemento esencial de la narración cinematográfica.


Lilith y su familia se dirigen hacia Bariloche con el plan de reabrir la hostería de la familia de Eva, en una parada conocen al médico alemán, que termina hospedándose con ellos.
Notando los problemas de crecimiento que tiene la niña, Otto sugiere a Eva aplicar un tratamiento que él mismo desarrolla para mejorar la productividad del ganado vacuno. A espaldas de su esposo y obsesionada por que su hija sea normal, ella accede sin hacer muchas preguntas.

Lilith, por su parte, se muestra inmediatamente fascinada por Otto sin motivos aparentes (la manera en la que ella se mantiene siempre cerca de él resulta un poco forzada). Inicialmente el film busca generar suspenso manteniendo la incógnita sobre cuáles son las verdaderas intenciones del hombre con la niña, pero eso se diluye a los pocos minutos cuando
numerosas subtramas van apareciendo. Una de ellas es la de espías, en la cual Elena Roger interpreta a una agente encubierta del Mossad (servicio de inteligencia Israelí que en esa época se encontraba en plena campaña para encontrar y juzgar a los criminales de guerra nazis) que descubre la verdadera identidad de Otto. Su personaje, quizá el más interesante del film, se limita a hacer un llamado telefónico y poco más, nos quedamos con las ganas de saber más sobre ella. 

Lilith asiste a un colegio alemán, el mismo al que fue su madre muchos años atrás, y su problema de crecimiento la convierte en el blanco de las burlas de sus compañeros, pero esta relación entre ella y los demás chicos no la vemos en la pantalla sino que la enuncian diferentes personajes “estaban valorando los cuerpos de las chicas y a vos te pusieron un cero” le dice un compañero “hoy la burlaron todo el día” cuenta a Eva el hermano de Lilith. Esos comentarios nos dan a entender que ella es víctima de una discriminación feroz, sin embargo en a pantalla no vemos más que algunos compañeritos riéndose de lejos (cosas mucho peores suceden en los colegios de Buenos Aires en nuestros días). Sin embargo ella tiene un amigovio, al que la película no le presta ninguna atención, y juntos descubren un pozo en el parque del colegio donde están escondidos textos  nazis, de inmediato llega la represalia de un grupo de compañeros que acorrala a la pareja en los
baños advirtiéndoles que no se metan, sugiriendo la existencia de una especie de Sociedad de los Poetas Muertos nazi que también queda solamente enunciada. La película insinúa que el colegio es una suerte de nido de víboras donde la discriminación del  débil y del diferente está arraigada, pero en ningún momento explora esto en profundidad, termina siendo solamente un decorado.

La voz en off omnipresente de la niña protagonista, cuya retórica de adulto muchas veces resulta inverosímil, nos cuenta todas aquellas cosas que la película debería transmitirnos.

El padre (Peretti) fabrica muñecas para Lilith (un punto de la trama que resultará importante, además de darle el título al film). “Le gusta que sean todas distintas” nos explica ella (Otto las prefiere todas iguales y perfectas). ¿No hubiese sido mejor que la pantalla nos muestre las diferentes muñecas que hizo el papá?. ¿No hubiera sido mucho mas potente y emotivo?.


Si bien el planteo de Wakolda no deja de ser interesante y cuenta con un bello trabajo visual, sufre de algunos problemas que suelen aparecer en las adaptaciones cinematográficas de novelas: lo importante y sutil del film está explicado por alguien (principalmente la voz en off de Lilith, que incluso nos da información que su personaje no conoce, como si se tratara justamente de un narrador omnipresente típico de las novelas) por lo que los actores no tienen mucho espacio para lucirse y los personajes quedan apenas esbozados (no confundir sutileza con escasez). Además, el coqueteo del film con numerosas subtramas (el drama familiar, el film de suspenso, la trama de espías, las colonias alemanas en argentina, el adoctrinamiento escolar y la película de terror) sin explorar ninguna a fondo termina dejando sabor a poco.


septiembre 24, 2013

SEPTIMO de Patxi Amezcua


UN DIA DE FURIA

Sebastián (Ricardo Darín) es un abogado exitoso. Tiene dos hijos pequeños de su fallido matrimonio con Delia (Belén Rueda). Separado de su esposa, él se resiste a firmar los papeles de divorcio y permitir que Delia viaje a España con sus hijos. Poco antes de una audiencia de un caso resonante que involucra como mínimo corrupción política, Sebastián se prepara para llevar a los niños al colegio. Repitiendo un juego de todos los días, ellos bajan por la escalera mientras él usa el ascensor. Pero cuando llega a la planta baja sus hijos no aparecen por ninguna parte.


Séptimo es uno de esos thrillers construidos con elementos muy simples pero efectivos. Los primeros cuarenta minutos de la película manejan a la perfección el suspenso, la angustia y la incertidumbre, con varias pistas que nos van siendo suministradas y que nos permite meternos de lleno en el juego de adivinar lo que está pasando y quienes están involucrados. Gran parte del mérito le corresponde al director español Patxi Amezcua (también coguionista del film) que maneja con soltura y simpleza la puesta en escena, pero también a Ricardo Darín que con su economía de recursos hace parecer que  estos papeles le salen de taquito, pero que consigue nuestra empatía de inmediato y nos lleva de la mano por toda la película. 


El problema llega a la hora de la dichosa vuelta de tuerca del final, que fuerza un poco la credibilidad del espectador y donde, al menos para el que esto escribe, quedan algunas inconsistencias sin responder. La película cuenta con el aporte de veteranos infalibles como Jorge D´Elia y Osvaldo Santoro, que verdaderamente suman puntos con sus personajes. El trabajo de Belen Rueda no termina de ser convincente y su personaje parece desarrollado en forma incompleta.
Y la actuación de los niños, algo que todavía no se logra resolver bien en el cine argentino en general, resulta demasiado publicitaria reduciéndolos a una sumatoria de frases estereotipadas.
De cualquier forma, Séptimo sale bastante airoso en su tercer acto y lo cierto es que se disfrutan mucho películas como esta, construidas con las herramientas mas tradicionales del cine. 


agosto 25, 2013

TAXI DRIVER de Martin Scorsese





El hombre solitario de Dios


En los ’70 el cine norteamericano entró en uno de sus periodos más interesantes. El asesinato de Kennedy, la debacle de la guerra de Vietnam y otros sucesos traumáticos como la masacre  del clan Manson terminaron oscureciendo los años esperanzadores y optimistas que habían llegado luego de la victoria de los Aliados en la Segunda guerra mundial. Las certezas se convirtieron en dudas, y los costados más oscuros del sueño americano empezaron a mostrarse. Y el cine empezó a expresar los sentimientos de una sociedad en crisis con películas ambiguas, oscuras y moralmente inciertas, que exploraban los aspectos mas siniestros del ser humano, el gobierno, la religión, etc.

¿Quien golpea a mi puerta?


Desde su opera prima “¿Quién golpea a mi puerta?” (Who’s that knocking at my door?) de 1967 (primer protagónico del actor Harvey Keitel), Martin Scorsese ya había demostrado un profundo interés y una capacidad evidente para explorar la vida en su barrio, Little Italy en New York, de una forma casi documental pero simultáneamente con un uso intenso y artificions netamente cinematograficos de la cámara y la puesta en escena. Refinaría esta vertiente de su estilo en su tercer film “Calles salvajes” (Mean Streets, 1973), donde trabaja por primera vez con un muy joven Robert De Niro. 

Calles Salvajes
 
En ambos dedica su atención a las vidas de un grupo de veinteañeros, poniendo  énfasis en sus pulsiones sexuales, las relaciones tensas con su religión, la culpa, el orgullo masculino y la violencia proveniente de un entorno en el que se perciben los primeros indicios de la Mafia. Cuenta Martin en una entrevista que un día, siendo el muy joven, miró a través de su ventana y vió a dos hombres dándole una golpiza salvaje a un tercero, mientras que de la rockola de un bar cercano se escuchaba una suave balada de los ’60. El contraste entre esos dos elementos le causó una fuerte impresión. Así se generó una de las marcas del estilo Scorsese: combinar violencia con música romántica o ingenua produce un distanciamiento, convierte la imagen violenta en algo triste, aunque también pueda parecer divertido.



Haber realizado esas dos películas le dieron una preparación única para encargarse de llevar a la pantalla el guion de Paul Schrader sobre un taxista solitario que pierde gradualmente la razón. Y esto es porque una de las protagonistas del film es una Nueva York sucia y corrompida, donde nada es noble. Estamos hablando de una época del cine americano en la que aun no era muy común sacar la cámara a la calle, y el cine se producía mayoritariamente en sets de estudios.

Travis Bickle (DeNiro) es un veterano de la guerra de Vietnam que decide, ante su persistente insomnio, manejar un taxi en el horario nocturno. Recorremos con él y vemos a través de sus ojos una ciudad llena de violencia sin sentido, drogas, mafiosos, proxenetas y corrupción de menores.




Luego del fracaso de su incomodo intento de seducir a Betsy (una hermosísima Cybill Sheperd), Travis se aliena progresivamente y un sentimiento de frustración cada vez mas intensa se adueña de él. Resulta particularmente triste el momento en el que acude a Wizard, uno de los taxistas con más experiencia, para pedirle orientación: “No sé que me pasa… tengo algunas ideas malas en mi cabeza… quiero hacer algo”. Travis se da cuenta que esta enloqueciendo y no puede evitarlo. Y las palabras de poco vuelo de Wizard no sirven de nada.






Cuando conoce a Iris, una prostituta de 14 años (increíble papel de una precoz Jodie Foster)  explotada por un inescrupuloso cafishio (Keitel), se obsesiona con ella y se propone rescatarla de ese submundo a cualquier precio.

Scorsese saca el máximo provecho de la New York nocturna, generando climas de soledad y de un caos que amenaza con estallar en cualquier momento, crea algunas imágenes oníricas con el simple uso del foco y la lluvia, acompañado por la música de Bernard Hermann, transmitiendo el lento descenso hacia la locura de Travis. Es clave también el trabajo de De Niro, en una de sus mejores actuaciones contenidas y con gran economía de recursos. Una buena parte del merito es suyo. Por no hablar de Jodie Foster quien ya demostraba ser una niña prodigio.




El explosivo y catártico final, que aquí no voy a contar a favor de los insensatos que todavía no la vieron, y su estremecedor epilogo hacen que la película siga reverberando en nuestra mente. Sin estar seguros que posición adoptar ante lo que acabamos de ver. Así Martin Scorsese nos dio su primera obra maestra, y ese fue solo el comienzo.